La propaganda nazi

Tras la llegada al poder del partido Nacionalsocialista alemán en 1933, Hitler , como jefe del Estado, estableció un ministerio centrado en la propaganda y la ilustración a mando del jefe de zona de Berlín, Joseph Goebbles. La misión de Goebbles fue transmitir un mensaje nazi por todos los medios de comunicación: la prensa, la radio, los libros, los materiales educativos, el arte, la música, el cine y el teatro.

Hitler en su libro de Mein Kampf (1926) ya había afirmado: «La propaganda intenta forzar una doctrina sobre la gente… La propaganda opera sobre el público general desde el punto de vista de una idea y los prepara para la victoria de esta idea».

Goebbles se centró en varios campos dentro de su propaganda. El principal fue la grandeza del Führer Hitler creando carteles con el mensaje de: un pueblo, un imperio, un jefe. También se centró en la grandeza del tercer Reich alemán y la identificación del enemigo: los judíos, los gitanos y los aliados (Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y la URSS) . Hay que destacar también la campaña que creo Goebbles para los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín que fomentaban el orgullo nacional por el éxito del régimen nazi en las Olimpíadas.

El cine también desempeño un papel importante en trasmitir ideas como el antisemitismo, la superioridad del imperio y de su emperador. Algún ejemplo: El Judío Eterno (1940), dirigida por Fritz Hippler, describía a los judíos como parásitos en la sociedad. Algunas películas, como El triunfo de la voluntad (1935) de Leni Riefenstahl glorificaban a Hitler y el movimiento nacional socialista.

Sin lugar a dudas la comunicación y publicidad en la Segunda Guerra Mundial fue imprescindible a la hora de convencer a una gran nación como fue Alemania de su propia grandeza y la de su Führer y de transmitir un gran odio hacia los judíos.

Mapi Gracia Laguna

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